El espectador se encuentra rodeado por tres pantallas en una sala a oscuras. Debido a la colocación de las superficies de proyección en forma de triángulo asimétrico, el visitante solo puede captar dos pantallas al tiempo, viéndose obligado a actuar movido por los estímulos visuales y sonoros a los que queda sometido. Con ello se produce una “participación espacial” en la que el visitante se puede sentir como parte de la comunidad de los desplazados.

Para ver y escuchar

• Pequeños cortes de entrevistas a refugiados en Colombia,
• secuencias cinematográficas asociativas y
• picas así como audios documentales o dramatizados sobre fondo negro

La instalación fue financiada por
el Bundeszentrale für politische Bildung.