La Película(Sinopsis corta)

Un campo de refugiados, de desplazados, en Colombia. 400 desplazados comparten un espacio muy estrecho. Desplazados por grupos violentos: paramilitares, la antigua Guerrilla o el Ejército Nacional. Unos total de unos 4 millones de desplazados se computan en todo el país.

Casi todos son campesinos con sus familias, que fueron ahuyentados de sus tierras para que allí – dependiendo de la intención de los grupos violentos – se cultivara droga, se mostrara presencia militar o fueran impuestos intereses económicos.

Aquellos que han alcanzado un campo de desplazados, aquellos que han sobrevivido escapando de una masacre, llegan a un mundo que les es ajeno y difícil de comprender.

La pérdida de su tierra de origen, de su cultura y de sus posesiones y también la pérdida de dignidad y derechos humanos definen sus vidas. Las preguntas sobre identidad, sobre el pasado y el futuro, sobre vícitmas y agresores, sobre culpa y complicidad, sobre venganza y perdón acompañan todas las horas de sus días y de sus noches.

En ellos pugnan por salir a la luz los recuerdos de la crueldad y la impasibilidad con el sueño de un futuro mejor. Esto conduce a muchos de ellos a un estado de parálisis. A menudo pasan muchos años en un campamento hasta que se logra una mejoría, que, sin embargo, dista mucho de ser una solución. La vuelta a sus tierras de origen así como una vida en condiciones humanas quedan descartadas.

Pero la violencia no da aliento. El miedo a ser denunciados, desenmascarados, mueve a grupos rivales a amedrentar a los desplazados en los campamentos, a hacierlos temer por sus vidas y que nuevamente se vean obligados a emprender la huída.

C., L., M., N., E., C. y S. son desplazados. Huidos junto con sus familias, o solos, han escapado de la violencia y viven como desplazados en un campamento.

La película sondea de manera original lo más hondo de las gentes. Las escenas de documental se intercalan con lecturas de textos dramáticos que hacen participar al espectador, exigiéndole que rellene la falta de imágenes con sus propias experiencias o bagaje intelectual. El espectador se envuelve así en los sentimientos, en lo más hondo de los afectados. Esto sucede de igual manera con las visiones irreales o surrealistas de un mundo mejor que se fraguan en las cabezas de los desplazados ayudándoles a soportar la falta de consuelo y a escapar de la situación, aunque sea de forma ilusoria.